Los reactivos de opción múltiple continúan siendo el formato de preguntas más utilizado en las pruebas a gran escala, debido a que se pueden responder con rapidez, evalúan una amplia gama de temas y se califican de manera más fácil, objetiva y automática, lo que facilita la evaluación simultánea de grandes cantidades de personas.
Desde que comenzaron a utilizarse a principios del siglo anterior, se cuestionó el número idóneo de opciones de respuesta que deberían tener. En un inicio se emplearon cinco y, posteriormente, se redujeron a cuatro. Después de años de investigación y con los datos que han ofrecido los exámenes internacionales, locales, a gran escala y escolares se concluyó que tres opciones es la cantidad ideal para un reactivo de opción múltiple de calidad.
Ventajas de los reactivos de opción múltiple con tres opciones de respuesta
Después de analizar estas ventajas, el Ceneval realizó una investigación que sustenta el uso de reactivos con tres opciones de respuesta en los nuevos EXANI y el EGEL Plus.
Mito
- Los reactivos con cuatro o cinco opciones de respuesta tienen mayor calidad que los de tres.
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Los sustentantes evaluados con reactivos con tres opciones de respuesta tienen 33% de probabilidad de responderlos de manera correcta.
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Los exámenes con reactivos con tres opciones de respuesta son más fáciles de responder que los que incluyen preguntas con más opciones.
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Las pruebas con preguntas con cuatro o cinco opciones son mejores que las que incluyen reactivos con sólo tres.
Realidad
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El número de opciones de respuesta no determina la calidad del reactivo, sino las características psicométricas de éstas. Entre más opciones de respuesta tenga un reactivo más complicado será generar opciones incorrectas de calidad.
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Esta probabilidad es válida en casos en los que las opciones de respuesta tienen la misma posibilidad de ocurrencia, lo que no sucede cuando la opción correcta y las incorrectas están bien elaboradas.
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Las pruebas se diseñan con una dificultad promedio que se calcula a partir de la complejidad de cada reactivo, por lo que ésta se controla sin importar el número de opciones de respuesta.
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Más opciones de respuesta implican más tiempo de lectura y análisis de información, que en ocasiones no añade datos relevantes a la medición y vuelve a los exámenes largos y cansados.
Para conocer más sobre el tema, lo invitamos a leer el artículo “Tres opciones de respuesta: el número ideal para preguntas de opción múltiple”, del segundo número de la revista Ceneval Investiga, disponible aquí: