Por mucho tiempo, las evaluaciones se restringieron a que las personas contestaran un examen impreso, que incluía un cuadernillo de preguntas y una hoja de respuestas en la que los evaluados rellenan alveolos para seleccionar la opción que consideren correcta o anotan sus resultados.
Con los avances tecnológicos surgió la evaluación digital, una modalidad en la que se presenta un examen por medio de una computadora.
La evaluación digital trajo varias mejoras para las empresas que generan y aplican exámenes, algunas muy evidentes, como el ahorro de papel, y otras más notables, con las que se evita:
- el almacenamiento de cuadernillos, hojas y otros materiales antes y después de la aplicación.
- la planeación y logística de distribución de los materiales a los centros de aplicación, su regreso y, finalmente, su destrucción.
Otras ventajas de la evaluación digital son la posibilidad de:
- fortalecer la seguridad de las aplicaciones por medio de grabaciones de audio y video, bloqueo de funciones de las computadoras o cambios de posición de los reactivos para evitar que se copie la información.
- obtener información adicional, como el tiempo de respuesta de cada evaluado a cada pregunta, lo que puede emplearse en los análisis de las pruebas o los reactivos.
- automatizar procesos como la elaboración de reactivos o la calificación.
Un beneficio que generó la reciente pandemia por el covid-19, es que estas evaluaciones pudieron realizarse tanto desde el hogar de los examinados, con el Examen desde casa, como en espacios asignados por las instituciones y monitoreados por aplicadores del Centro, con el Examen en línea, garantizando el mismo nivel de seguridad y los estándares de calidad que caracterizan a los exámenes impresos que aplica el Ceneval.